Legionella pneumophila fue reconocida como una entidad patológica a partir de un brote de neumonía tras la Convención de la Legión Americana en Filadelfia en el año 1976. Esta especie se considera la responsable de más del 90% de los casos de legionellosis, los cuales incluyen tanto la Enfermedad del Legionario como la fiebre de Pontiac. La enfermedad del Legionario se presenta como una neumonía con afectación multisistémica. Otros síntomas no específicos adicionales incluyen fiebre, tos no productiva, mialgias, disnea y diarreas y hallazgos neurológicos como dolor de cabeza y letargia. La fiebre de Pontiac se caracteriza también por un malestar general, mialgias y fiebre, si bien se trata de una infección no neumónica más leve.

Las legionellas son bacterias aeróbicas gram-negativas que están asociadas a infecciones respiratorias. Hasta la fecha, se conocen más de 50 especies de Legionella con 70 serogrupos, muchos de los cuales causan enfermedades en humanos. Legionella pneumophila es la especie patogénica más común y está formada por al menos 16 serogrupos diferentes, de los cuales, el serogrupo 1 (sg1) en sí mismo se ha reconocido como el agente más importante.

Las legionellas se encuentran en diferentes fuentes de agua medioambientales y pueden causar tanto casos esporádicos como epidemias, las cuales pueden ser nosocomiales, extrahospitalarias y asociadas a viajes. Los sistemas que generan aerosoles como grifos, duchas, bañeras de hidromasaje, torres de enfriamiento o nebulizadores favorecen la transmisión de la Legionella desde el agua al aire. Tras lo cual, la inhalación o aspiración de gotas de agua contaminada hacia el tracto pulmonar inferior puede conducir a infecciones y/o brotes epidémicos.

Las pruebas de diagnóstico disponibles para detección de Legionella pneumophilla son: